¿Qué es?
La agorafobia corresponde a un tipo de trastorno de ansiedad caracterizado por miedo a lugares o situaciones que puedan producir pánico y generar sensaciones de estar atrapado, desprotegido o avergonzado. Por lo tanto, la persona tendera a evitar estos contextos.
En consecuencia, las personas que padecen agorafobia experimentan dificultades para sentirse seguras en espacios públicos, especialmente en áreas con gran número de personas. La ansiedad surge debido al temor de quedarse sin opciones de salida durante momentos de elevada ansiedad. Por esta razón, es común que quienes sufren agorafobia hayan experimentado uno o varios episodios de ataques de pánico. Estas situaciones generan una preocupación constante de volver a vivir estos ataques, llevando a evitar lugares donde podrían repetirse.
Esto puede llevarnos a la sensación de perder el control por completo o incluso sufrir un infarto, ya que los ataques van acompañados de síntomas físicos intensos, como presión en el pecho, vértigos, palpitaciones aceleradas y sudoración, entre otros.
El miedo que surge puede ser tan incapacitante que la persona no quiera salir de casa o que necesite la compañía de una persona para salir. En resumen, esta patología limita en gran medida la vida cotidiana, sobre todo la esfera social.
El trastorno afecta más a mujeres y suele manifestarse entre los 20 y 30 años.
Tratamiento
En términos de tratamiento, la terapia de exposición es fundamental, acompañada de un enfoque cognitivo-conductual. En algunos casos, se pueden utilizar medicamentos como antidepresivos o ansiolíticos para controlar la ansiedad y como ayuda al proceso terapéutico.
Así, resulta crucial brindar educación sobre la ansiedad para comprender sus características, síntomas, respuestas fisiológicas y patrones de pensamiento. Se proporcionan estrategias para la gestión de la ansiedad, que incluyen técnicas de relajación como la respiración profunda, Jacobson, la atención plena (mindfulness) y la parada de pensamientos, ya que muchas veces estos están distorsionados.
En el proceso terapéutico, la exposición gradual desempeña un papel clave y se emplea la Desensibilización Sistemática. Esta técnica busca reducir la ansiedad y las conductas evitativas frente a estímulos específicos. Este procedimiento incluye cuatro pasos, que son técnicas de relajación para contar con recursos, construcción de una jerarquía de mayor a menor ansiedad, practica en imaginación y por último practica en vivo. Como la exposición tiene que ser de forma gradual, se practicará en imaginación aquello que nos produce en la jerarquía menor ansiedad para después hacerlo en vivo y así posteriormente ir trabajando de forma gradual con el resto de ítems de la escala.
