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ToggleQue es la ansiedad
Definición de ansiedad
La ansiedad es una respuesta emocional y fisiológica natural ante situaciones de estrés, peligro o situaciones percibidas como amenazantes y se caracteriza por sentimientos de preocupación, nerviosismo, inquietud y tensión.
Aunque estos episodios son desagradables, las situaciones de ansiedad son naturales y a veces incluso necesarios y/o adaptativos, ya que nos indican que algo no está del todo bien y que hay que realizar cambios. En definitiva, la ansiedad intenta decirnos algo y cumple su función y por eso es tan importante entenderla.
Sin embargo, si la ansiedad continua y es generalizada impactando de manera negativa en las distintas áreas de nuestra vida es aconsejable acudir a un psicólogo que nos enseñe a gestionarla lo antes posible.
Muchas personas con problemas de ansiedad tienden a evitar pensamientos, sentimientos y situaciones desagradables. Sin embargo, este intento de evitar el malestar, aunque proporciona alivio a corto plazo, refuerza temores y preocupaciones. Por ello, es de vital importancia acudir a un profesional que nos de las pautas para una buena y adecuada gestión de la ansiedad haciendo que recuperemos nuestro bienestar.
Tipos de Ansiedad
Comprender los diferentes tipos de ansiedad es esencial para realizar un buen tratamiento. Por eso en mi labor como psicóloga tendré muy en cuenta la experiencia subjetiva del paciente, la interferencia con el día a día, la persistencia en el tiempo y la intensidad de los síntomas para poder realizar un correcto diagnóstico.
Existen varios tipos de trastornos de ansiedad, cada uno con sus propias características. Algunos son:
- Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG): Caracterizado por una preocupación excesiva y persistente sobre diversos aspectos de la vida, incluso cuando no hay una razón aparente para preocuparse repercutiendo en la calidad de vida y bienestar de la persona.
- Trastorno de Pánico/crisis de ansiedad: Sensaciones repentinas e intensas de temor o terror aun cuando no existe ningún peligro inmediato. Suelen ser de duración breve, inesperados, recurrentes y acompañado de síntomas físicos.
- Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC): Involucra pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos para aliviar la ansiedad por lo que cada vez se vuelven más repetitivos.
- Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT): Ocurre después de vivir o presenciar un evento traumático y se manifiesta con síntomas como flashbacks, pesadillas y evitar situaciones relacionadas con el trauma.
- Agorafobia: Miedo a lugares o situaciones que podrían provocar pánico y sensación de estar atrapado, indefenso o avergonzado. Por lo que estas personas terminan evitando esos lugares, situaciones o espacios haciendo que ese miedo se vuelva cada vez mayor y por tanto imposibilitando las actividades del día a día
- Ansiedad por separación: Malestar excesivo y recurrente por la separación de las figuras de apego. Muy frecuente en niños.
- Ansiedad social/ fobia social: Miedo intenso a ser juzgadas o avergonzados en situaciones públicas, lo que puede llevar a evitar eventos sociales y por tanto al aislamiento.
- Ansiedad Anticipatoria: Preocupación constante y excesiva sobre eventos futuros.
Causas de la Ansiedad
La ansiedad puede tener diversas raíces, y comprender las causas es fundamental para abordar y gestionar adecuadamente esta patología. Las causas de la ansiedad pueden ser debido a factores tanto externos como internos.
Factores de Estrés/Riesgo
- Las demandas constantes y presiones en la vida cotidiana, ya sea en el ámbito laboral, académico o personal, pueden generar un estado de tensión emocional. Situaciones como la carga laboral excesiva, conflictos interpersonales, cambios importantes o eventos traumáticos pueden contribuir significativamente al desarrollo de la ansiedad..
- Además, la incertidumbre sobre el futuro, ciertos rasgos y características de personalidad como la obsesiva, la rigidez, la sensibilidad, la mala regulación emocional o la irritabilidad pueden agravar los niveles de ansiedad. Identificar y abordar estos factores de estrés específicos es esencial para desarrollar estrategias efectivas de gestión de la ansiedad.
Predisposición Genética
- Otro componente crucial en la comprensión de las causas de la ansiedad es la predisposición genética. Algunas personas pueden tener una mayor vulnerabilidad genética a desarrollar trastornos de ansiedad, ya que la carga genética puede influir en la forma en que el cerebro regula las respuestas emocionales y cómo procesa y maneja el estrés.
- No obstante, aunque la presencia de antecedentes familiares puede aumentar la probabilidad de desarrollar ansiedad en ciertas circunstancias. Es importante destacar que la predisposición genética no garantiza el desarrollo de la ansiedad, ya que hay otros factores ambientales y de estilo de vida que también desempeñan un papel crucial.
Síntomas de la Ansiedad
La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones estresantes, pero cuando se vuelve persistente y abrumadora, puede manifestarse a través de una variedad de síntomas que pueden variar en intensidad y duración.
Mencionar que la ansiedad y la depresión suelen coexistir o compartir síntomas como cambios en el estado del ánimo, tristeza, fatiga, etc. Ya que las personas que experimentan ansiedad crónica a menudo también pueden sentirse deprimidas.
Por ello, es importante que en consulta se haga un trabajo de entender y comprender que no solo se trata solo de un estado mental, con presencia de ideas catastróficas, sino que está muy vinculada al cuerpo de ahí que se manifieste a través de síntomas físicos y emocionales.
Síntomas Físicos
- Palpitaciones: Ritmo cardiaco acelerado.
- Tensión Muscular: Tensión muscular acompañado de dolores, molestias y, en casos extremos, problemas de espalda y cuello.
- Problemas Gastrointestinales: Malestar estomacal, náuseas, diarrea o estreñimiento son respuestas gastrointestinales comunes a la ansiedad.
- Problemas Respiratorios: Respiración rápida y superficial, sensación de falta de aire o hiperventilación
- Insomnio: Dificultad para conciliar el sueño o mantenerse dormido debido a la preocupación y la agitación mental.
Síntomas Emocionales
- Nerviosismo y Agitación: Sentimientos constantes de nerviosismo o inquietud, incluso en ausencia de amenazas evidentes.
- Irritabilidad: La ansiedad puede hacer que la persona se vuelva más irritable, sensible o propensa a estallidos emocionales.
- Miedo Constante: Preocupaciones excesivas y miedos que persisten a lo largo del tiempo, a menudo sin una razón aparente.
- Dificultad para Concentrarse: La mente ocupada por la ansiedad puede dificultar la concentración en tareas cotidianas y la toma de decisiones.
- Sensación de Pánico: Episodios de pánico repentinos e intensos, acompañados de síntomas como sudoración, temblores y una sensación abrumadora de terror.
Reconocer estos síntomas es el primer paso hacia la gestión de la ansiedad. Si experimentas estos síntomas de manera persistente, es importante buscar ayuda de un profesional para comprender y abordar adecuadamente la ansiedad.
Tratamiento de la Ansiedad
Terapia Psicológica
La terapia psicológica es un componente fundamental para el tratamiento de la ansiedad. Como psicóloga cuando un paciente acude a consulta lo primero que hago es psicoeducación sobre la ansiedad, que es, como funciona y se manifiesta en nuestro cuerpo, que función cumple y exploración de las herramientas que ha utilizado el paciente hasta el momento para gestionarlo. Ya que muchas personas llegan a terapia asustadas y con miedo debido a que la ansiedad suele ir acompañada de emociones desagradables.
Entender su función y que intenta protegerme es el primer paso para poder gestionarla. Así, ver los tipos de pensamientos y emociones que van asociadas a ese malestar y tener herramientas a nuestro alcance van a ayudar a que esos síntomas se reduzcan. Mientras que a su vez también se exploraría experiencias pasadas y relaciones significativas que puedan estar afectando e influyendo en la ansiedad presente.
No obstante, la intervención y el tratamiento variara en función de cada paciente y caso para adecuarse a las características, necesidades y tipo de ansiedad. En casos, por ejemplo, de ansiedad social y fobias suele utilizarse el tratamiento de exposición con el objetivo de que la persona aprenda a afrontar las situaciones que le dan miedo/ansiedad, sin utilizar conductas de evitación, de tal manera que con la exposición progresiva la ansiedad vaya disminuyendo hasta desaparecer.