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Toggle¿Qué es la autoestima y por qué es importante?
La autoestima es quién creo que soy (atributos, cualidades, capacidad y potencial) y la forma en que valoro eso que soy. No es algo estático, sino que varía a lo largo de la vida y del tiempo. Nadie tiene una autoestima perfecta, todos tenemos cosas que nos enorgullecen y nos hacen sentir capaces (luces) y aspectos que quizás no nos gustan tanto y tratamos de ocultar (sombras).
Incluye una combinación de creencias, emociones y comportamientos que reflejan cómo nos sentimos respecto a nosotros mismos, los demás y el mundo. Aquí, entra en juego el concepto de identidad, el cual se forma en base a unas creencias internas que tengo sobre mí. Dichas creencias se han ido construyendo a lo largo de la vida en función de las experiencias vitales y de lo aprendido en la familia.
Definición de autoestima
La autoestima es la suma de varios conceptos como son autonomía, autovaloración, autoconcepto, autoaceptación y autorespeto.
Influye en cómo nos relacionamos con los demás, cómo enfrentamos los desafíos y cómo nos cuidamos a nosotros mismos. Una autoestima alta se asocia con una visión positiva de la vida, mayor confianza en nuestras habilidades y un sentido más profundo de propósito y valor personal.
Factores que influyen en la autoestima
Diversos factores contribuyen al desarrollo de la autoestima. Estos serían:
- Experiencias de la infancia: Las interacciones con padres, profesores y amigos juegan un papel crucial en la formación de la autoestima. El apoyo y la aceptación, así como la crítica y el rechazo, impactan significativamente en cómo una persona se valora a sí misma.
- Logros y fracasos: Las experiencias de éxito y fracaso moldean la autopercepción. Lograr metas y superar desafíos puede fortalecer la autoestima, mientras que el fracaso repetido puede disminuirla.
- Relaciones interpersonales: Las relaciones sanas y de apoyo fomentan una autoestima positiva. En cambio, las relaciones tóxicas pueden deteriorarla.
- Autopercepción y diálogo interno: La manera en que hablamos con nosotros mismos y cómo interpretamos nuestras experiencias afecta nuestra autoestima. Un diálogo interno positivo y compasivo puede mejorarla, mientras que la autocrítica constante puede dañarla.
Importancia de la autoestima
La autoestima es crucial por varias razones:
- Bienestar emocional: Una autoestima saludable está relacionada con niveles más altos de felicidad y satisfacción personal. Las personas con alta autoestima tienden a tener una visión más optimista y resiliente ante la adversidad.
- Relaciones interpersonales: Una buena autoestima permite establecer relaciones más saludables y equilibradas. Las personas con alta autoestima suelen ser más asertivas, menos dependientes de la aprobación externa y más capaces de establecer límites.
- Desempeño y éxito: La confianza en nuestras habilidades y el valor personal promueven la motivación y el logro de objetivos. La autoestima alta está vinculada con un mayor rendimiento académico, profesional y personal.
- Salud mental: La autoestima baja se asocia con una mayor vulnerabilidad a trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y los trastornos alimentarios. Fortalecer la autoestima puede ser un factor protector contra estos problemas.
Terapia y apoyo profesional: ¿cuándo es necesario?
Gran parte de lo que soy viene de lo que me dijeron que debía ser, por lo que uno de los primeros aspectos que exploraremos en terapia será ver cuánto es aprendido y cuánto auténtico. Para ello, revisaremos las creencias nucleares que tiene la persona y exploraremos como se ha vinculado con familia, amigos, etc a lo largo de su vida.
Una vez hecho este trabajo de evaluación se pasará a una fase de intervención donde se trabajará el cambiar el dialogo interno de la persona hacia uno compasivo, positivo y adulto. Por otro lado, también se trabajarán aquellas experiencias pasadas que han podido afectar a la persona dejando una imagen pobre de sí misma o una huella emocional. Y por último, se promoverá el autocuidado y una buena gestión de las emociones dando herramientas de autorregulación para que el paciente pueda poner en práctica en su día a día. Así, en función de las necesidades y circunstancias del individuo se elegirá una forma de trabajar u otra.