Trastornos del Estado de Ánimo

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¿Qué es el Estado de Ánimo y de que Depende?

Cuando hablamos del estado de ánimo nos referimos a los sentimientos que experimentamos y mantenemos a corto/medio plazo.

En un mismo día podemos sentir diferentes estados de ánimo, ya que se trata de algo muy fluctuante que depende de muchos factores. Así, por ejemplo, cuando sentimos alegría o ilusión, tenemos el estado de ánimo elevado y, por tanto, tenemos más ganas de hacer cosas y nos cuesta menos llevar a cabo nuestros objetivos. En cambio, cuando sentimos tristeza, apatía o cansancio, y nuestro estado de ánimo es bajo, tenemos menos ganas de hacer cosas.

Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos podido sentir tristes o desmotivados. Y esto es algo que a mucha gente le pasa, pero es importante no confundir la tristeza o un bajo estado de ánimo con la depresión.

Por eso, saber cuál es nuestro estado anímico y a qué se debe es fundamental para conocernos y así evitar llegar a estados depresivos.

Factores que Influyen en Nuestro Estado de Ánimo

El estado de ánimo depende de múltiples factores que pueden clasificarse en internos y externos:

Factores Internos:

  1. Química del Cerebro:
    • Los neurotransmisores como la serotonina, dopamina y norepinefrina juegan un papel crucial en la regulación del estado de ánimo.
    • Desbalances químicos pueden llevar a estados de ánimo bajos o depresivos.
  2. Genética:
    • La predisposición genética puede influir en la tendencia a experimentar ciertos estados de ánimo.
    • Trastornos del estado de ánimo, como la depresión, pueden tener un componente hereditario.
  3. Salud Física:
    • La salud general del cuerpo, incluyendo la nutrición, el ejercicio y el sueño, tiene un impacto significativo en el estado de ánimo.
    • Enfermedades crónicas o condiciones médicas pueden afectar negativamente el estado de ánimo.
  4. Psicológicos:
    • La forma en que interpretamos y respondemos a los eventos puede influir en nuestro estado de ánimo.
    • Personalidades con tendencia al optimismo o pesimismo pueden experimentar diferentes estados de ánimo.

Factores Externos:

  1. Ambiente y Contexto Social:
    • Relaciones interpersonales, el apoyo social y el entorno en el que vivimos pueden afectar profundamente nuestro estado de ánimo.
    • Situaciones estresantes o conflictivas en el trabajo, la familia o el entorno social pueden generar estados de ánimo negativos.
  2. Eventos y Experiencias:
    • Acontecimientos significativos como la pérdida de un ser querido, el éxito en un proyecto o cambios importantes en la vida pueden alterar nuestro estado de ánimo.
    • Las experiencias diarias, tanto positivas como negativas, también contribuyen a la variación del estado de ánimo.
  3. Estaciones y Clima:
    • Los cambios estacionales y las condiciones climáticas pueden afectar el estado de ánimo. Por ejemplo, algunas personas experimentan trastorno afectivo estacional (TAE) durante los meses de invierno.

Consecuencias de un Estado de Ánimo Bajo

Un estado de ánimo bajo puede tener múltiples consecuencias en diversos aspectos de la vida, afectando no solo el bienestar emocional y mental, sino también la salud física, las relaciones interpersonales y el rendimiento laboral o académico.

1. Salud Mental

  • Depresión y Ansiedad: Un estado de ánimo bajo persistente puede conducir a trastornos más graves como la depresión o la ansiedad.
  • Pérdida de Interés y Motivación: La falta de motivación puede llevar a un círculo vicioso donde a menudo se pierde el interés en actividades que antes se solía disfrutar.
  • Problemas de Concentración: Dificultando la toma de decisiones, lo que puede afectar el desempeño académico o laboral.

2. Salud Física

  • Fatiga y Bajos Niveles de Energía: Sentirse constantemente decaído puede llevar a una fatiga persistente y a bajos niveles de energía, lo que puede afectar la capacidad para realizar actividades diarias.
  • Trastornos del Sueño: Las personas con un estado de ánimo bajo pueden experimentar insomnio o, por el contrario, dormir en exceso. Ambos extremos pueden afectar negativamente la salud física y mental.
  • Problemas de Alimentación: Puede influir en los hábitos alimenticios, llevando a la pérdida de apetito o a comer en exceso, lo que puede resultar en problemas de salud adicionales como desnutrición o aumento de peso.

3. Relaciones Interpersonales

  • Aislamiento Social: A menudo tienden a aislarse, evitando el contacto social y retirándose de actividades grupales. Este aislamiento puede agravar el sentimiento de soledad y empeorar el estado de ánimo.
  • Conflictos y Tensión: El bajo estado de ánimo puede hacer que una persona sea más irritable y menos tolerante, lo que puede llevar a conflictos y tensiones en las relaciones personales, ya sean familiares, amistades o de pareja.
  • Falta de Comunicación: La dificultad para comunicar sentimientos y necesidades puede aumentar, lo que puede crear malentendidos y distanciamientos en las relaciones.

4. Desempeño Laboral y Académico

  • Reducción de la Productividad: A veces se ve repercutido la productividad y la eficiencia en el trabajo o los estudios, afectando negativamente el rendimiento y el logro de objetivos.
  • Absentismo: La falta de energía y motivación puede llevar a ausencias frecuentes en el trabajo o colegio, lo que puede tener consecuencias a largo plazo en la carrera profesional o en la educación.
  • Bajo Rendimiento y Calidad: La falta de concentración y los problemas cognitivos asociados con un estado de ánimo bajo pueden resultar en un trabajo de menor calidad y en errores frecuentes.

5. Autopercepción y Autoestima

  • Baja Autoestima: Un estado de ánimo bajo puede dañar la autoestima, haciendo que las personas se sientan inadecuadas o insuficientes. Esta baja autoestima puede perpetuar en la identidad y el tipo de pensamientos.
  • Autocrítica Excesiva: Las personas con un estado de ánimo bajo pueden volverse excesivamente autocríticas, enfocándose en sus fallos y minimizando sus logros, lo que puede empeorar aún más su estado emocional.

Cómo Mejorar Nuestro Estado de Ánimo

Nuestro estado de ánimo puede variar mucho en función de las circunstancias, por esta razón, es importante trabajar nuestro mundo interior para así saber cómo mejorarlo.

En consulta podremos trabajarlo de diversas maneras adaptándonos a la necesidad de la persona. Para ello, un primer paso es aceptar el malestar (tristeza, ansiedad, desgana…), identificar las razones y establecer un plan de acción para sentirnos mejor a medio plazo será fundamental. Aceptar el malestar implica que no es necesario que nos exijamos estar al mismo nivel que cuando estamos bien. Es comprensible que si estamos desganados o tristes nos cueste más ciertas tareas o actividades, y que no las hagamos con la misma habilidad, o durante el mismo tiempo, o con la misma frecuencia. Lo que sí es importante es no abandonar completamente nuestras actividades, aunque podemos rebajar un poco el criterio de exigencia para hacerlas más asequible. De la misma forma, es importante no dejar de lado nuestras obligaciones, aunque podemos rebajar nuestro criterio de exigencia. En la flexibilidad y el equilibrio está la clave del éxito.

Además de todo esto, la terapia cognitivo-conductual pude ayudarnos a identificar y cambiar esos patrones disfuncionales utilizando algunas técnicas como es el diálogo, la reestructuración cognitiva, detención del pensamiento, técnicas de relajación, mindfulness, autocuidado y realización de actividades placenteras, entre otras.

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